El problema del amor romántico es
que necesita sentir, quiere sentirse enamorado y cuando no siente, cree que
debe buscar una nueva aventura que le haga volver a sentir.
En el transcurso de la vida, he
visto matrimonios que han llegado a ser felices y otros que, aunque se casaron
con mucha ilusión y altas expectativas, no han logrado superar los problemas de
la vida diaria por diferentes motivos, que van desde la infidelidad y las
dificultades económicas, mezclado con otros problemas menores que fueron
minando la paciencia de los involucrados.
Es preciso destacar que el
matrimonio no fracasa por un solo motivo, sino que se acumulan una serie de
situaciones menores que llevan al deterioro y la pérdida del amor.
Es primordial saber que una
pareja puede permanecer enamorada de por vida., ya que los sentimientos y las
emociones que se viven en los inicios de
una relación evolucionan con el tiempo y esto no es necesariamente malo, porque
todo depende como se asume, ya que hay parejas que logran encontrar el secreto
de permanecer enamorados, fieles y felices durante toda la vida.
Es importante señalar que los celos
no son una muestra de amor. Si están fundados, se debe buscar la solución a
esta situación. En cambio, si son infundados hay que buscar terminar esta
suscripción gratuita con ese infierno portátil de pilas de larga duración.
Se debe tener en cuenta que nadie
se casa con una persona. También lo hace con los padres, hermanos, tíos e
incluso con amigos. Sería pueril pretender que ellos no van a aparecer de vez
en cuando en la relación. Es mucho mejor hacerse de la idea de que son parte de
tu familia, aceptarlos y amarlos.
El amor es un sentimiento frágil
que, si no se cuida, protege y cultiva a diario, se agotará hasta morir, ya sea
por hastío o por carencia. Hay que tener presente el estar dispuesto a
solucionar los problemas maritales, luchar por ser humildes y reconocer los
errores en el momento oportuno.
El amor conyugal debe
bajar de las alturas de la inteligencia y de la voluntad. Se tanto modernamente
del matrimonio que no se sabe porqué. Es porque va mal esta institución divina
y debemos ponerle pronto remedio? o es por el cariño que le tenemos. Hay un
poco de todo esto, cuando el matrimonio ocupa tanto espacio en el ámbito de
nuestras preocupaciones. Amamos el matrimonio y por eso hablamos de él.
Se sabe que el matrimonio se
fundamenta en el amor, y que cuando la relación falla, es porque ha fallado el amor. Es cuando
nos preguntamos si no existirá una fórmula que nos dé en síntesis lo que debe
ser el amor en el matrimonio ?.
El hombre como la mujer, se dan
cuenta de que las flores del amor son para entregarlas concientemente a la
pareja, sabiendo que de este modo se convierten en frutos de bendición, de paz,
de descanso del alma y de plenitud en la vida.
El amor nace como un sentimiento,
pero la única forma para hacerlo crecer es que estemos dispuestos a esforzarnos
y pagar el precio para lograrlo, con entrega, dedicación, trabajo,
perseverancia, fidelidad y ayuda mutua. El amor debe cultivarse, protegerse y
alimentarse.
Pero no hay día sin noche, no hay
oasis sin desierto, no hay amor sin dolor. El amor no esta libre de
sufrimiento, hay que sacrificarse, pero el amor no es un sacrificio. El amor no
es una carga que se lleva como una cruz a cuestas, ni tampoco es un acto de
caridad o algo que se mendigue. No es una imposición, menos una manipulación.
Es fácil amar ?. De ninguna
manera. Amar no es sencillo, porque requiere ser respetuoso cuando deseamos ser
groseros, ser gentiles cuando queremos ser toscos. El amor hace grande a la otra
persona, se sacrifica con tal de que el otro crezca y esté bien.
Por ejemplo, el amor por los
hijos es un amor muy sacrificial, lleno de momentos emocionales fuertes y
extendido en el tiempo. Nunca pensamos que podemos salir a cambiar a nuestro
hijo por uno más joven, o a una hija por una más bonita o más alta.
Una madre o un padre jamás
cambiarían a un hijo. Porqué entonces, sí cambiar al cónyuge ?. El amor hacia los hijos no depende de lo
emocional, no lo alimenta el amor romántico, es producto del sacrificio, de la
entrega, de la dedicación, y tiene sentido de pertenencia. Por eso es crucial
comprender que la dimensión del amor está relacionada con el nivel de
sacrificio que estamos dispuestos a otorgar.
En definitiva, si evitamos los
celos, el egoísmo, la infidelidad y las dificultades económicas, el amor y el matrimonio seguirán hasta el fin de
nuestros días.
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